Paradójicamente, en un México tan informado, existe mucha desinformación al respecto de los temas de actualidad que están sobre la mesa del debate público.
El tema que hoy ocupa mi opinión es la reciente creación del Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil (PANAUT).
Aun que no existe ningún estudio que los respalde, el discurso oficial señala con ello se busca proteger al pueblo de México al tener un padrón que permita hacer frente a los delitos de secuestro y extorsión que se comenten con un teléfono celular.
¿Realmente creemos que los delincuentes van a utilizar sus teléfonos personales para cometer este tipo de delitos? Claro que no, muy posiblemente recurran al robo de identidad o al robo de teléfonos celulares.
Se ha señalado que las grandes empresas telefónicas y los grupos de intereses creados, están promoviendo una conspiración en contra del gobierno federal, apoyada inclusive por el Instituto Nacional de Acceso a la Información.
Más allá de la estrategia en que el gobierno federal está utilizando para justificar la creación del PANAUT y de las verdaderas intenciones que se tienen para su creación, lo cierto es que violenta los derechos de acceso a las tecnologías de la comunicación, protección de datos personales, presunción de inocencia e irretroactividad de las leyes, de todos los usuarios.
Toquemos el derecho de acceso a las tecnologías de la comunicación.
El problema principal que se ha debatido es la entrega obligatoria de nuestros datos biométricos para que sean integrados al PANAUT, so pena de la cancelación de nuestra línea telefónica, sin derecho a su reactivación o indemnización alguna.
Los teléfonos celulares se han convertido en el principal medio para accesar a Internet y a los servicios de telecomunicaciones. Nos permiten expresar nuestras y compartir nuestras ideas en tiempo real en las redes sociales.
Si estas leyendo este artículo en la pantalla de tu teléfono, eres parte de los 86.5 millones de mexicanos que somos usuarios de algún servicio de telefonía celular, los cuales representamos el 75.1% de toda la población, según datos del IMEGI.
La Constitución mexicana es clara al señalar que todos y todas, tenemos el derecho al libre acceso a la información, así como a buscar, recibir y difundir información e ideas de cualquier índole y por cualquier medio de expresión.
El Estado (gobierno), tiene la obligación de garantizar a todos y todas el acceso a las tecnologías de la información y comunicación, a los servicios de telecomunicaciones, incluido el Internet. Servicios que deben ser prestados en condiciones de acceso libre y sin injerencias arbitrarias.
Sin embargo, si no proporcionamos nuestros biométricos al PANAUT, nuestra línea telefónica será cancelada irrevocablemente. ¿No parece que tengamos tanta libertad, cierto? He aquí las injerencias arbitrarias que la Constitución prohíbe.
Nuestros datos personales, son eso personales y nada ni nadie puede obligarnos a proporcionarlos en contra de nuestra voluntad y mucho menos privarnos del acceso a los servicios de telecomunicaciones si no deseamos entregarlos.
Afortunadamente vivimos en un Estado de Derecho que permite a las personas a defendernos en contra los actos del poder público. Si tú eres de las personas que no desean proporcionar sus datos personales para mantener tu línea telefónica, tienes la posibilidad de presentar una demanda de amparo en contra de la creación del PANAUT, ya sea utilizando los formatos o medios gratuitos que han circulado en los últimos días, o con el apoyo de algún despacho o abogado particular.
Por la naturaleza de la ley que creó el PANAUT, desde mi punto de vista aun no es tiempo de ampararnos. Sin embargo, lo importante es informarnos e informar a los demás para que puedan decidir, en libertad, si estiman o no que sus derechos están en riesgo.
Aun faltan al menos dos años para resentir los efectos del PANAUT, si es que sobrevive el examen de inconstitucionalidad que hará la Suprema Corte de Justicia de la Nación con la anunciada acción que presentará el INAI. Estemos atentos.